La vieja alcahuete guachu-
chera que el diablo le rasgu-
ñó la tapadera

  La mujer que se emborracha
se pasa de antojadiza
el mundo se rie de ella
i sale para la risa

  Es como la sabandija
la vieja que es alcahuete
que a cualquier parte se mete
a emborracharse con su hija
se vuelve una lagartija
tirando gran pompa i facha
i cuando alguno la tacha
se embrabece de repente
es igual a una serpiente
la mujer que se emborracha.

  Cuando la fasinerosa
sale con rico vestido
le pone el gorro al marido
mui facil la veleidosa
se pinta como una rosa
de betún se colorisa
al pretendiente le avisa
cuando pestañea el leso
si le señalan un peso
se pasa de antojadisa

  Siempre anda mui elegante
i ante el público pasea
i a sus hijas comercea
esta manceba tunante
corrompe la estravagante
a la niña mas doncella
corre dejando la huella
con mal nombre en su lugar
i por ser tan popular
el mundo se rie de ella.

  La libertina cabrona
que anda despacho en despacho
i se cruza cacho a cacho
a chupar esta putona
a sus niñas les abona
i les prohibe la misa
a su marido lo pisa
i le mea la cabeza
no gasta delicadeza
i sale para la risa

  Al fin esto que se vió
mui justo es que los decrete
que a esta vieja alcahuete
el diablo la rasguñó
de las patas la arrastró
corriendo como solapa
esta chuchumeca sapa
valaba como ternera
le mordió la tapadera
i se fue con ella al apa.

JOSÉ HIPOLITO CASAS CORDERO,
Autor poeta de Santiago — Echáurren 607

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