JESUS EN EL CALVARIO

  A que redentor divino
Con su sangre pura i santa
Manchó la preciosa planta
De aquel madero tan fino.

  Cuando el juez lo sentenció
Al verdadero Jesus
Al ingresar a la cruz
Un triste suspiro dió
Al padre eterno esclamó
Como un triste peregrino
Herodes el asesino
Le trató con mas rigor
I lo miró con amor
Aquel redentor divino.

  La sangre corrió a torrente
Cuando el infinito esclama
En el misterioso drama
Del creador omnipotente,
El duelo del evidente
Un negro luto levanta
Las llagas de la garganta
Le atormentan por primero
I redimió el mundo entero
Con su sangre pura i santa.

  Por burlarse con afrenta
Su santo rostro escupieron
Tambien de azotes le dieron
Seis mil seiscientos setenta
Su dolor mas aumenta
Con el castigo que espanta
La reguridad fué tanta
Dijo Maria la hermosa
Con la sangre misteriosa
Manchó la divina planta.

  Ya cuando llegó al cadalso
En aquel duro suplicio
Recibia aquel sacrificio
Todos desnudos i descalzo
Por un juramento falso
Condenan al uno i trino
Caifas aquel libertino
Le ordenó la zoga al cuello
E hizo crisar el destello
De aquel madero tan fino.

  Al fin Jesus conmovido
Por tanto que lo inmolaron
El costado le dejaron
Atormentado i herido
Tambien el Lonjino ha sido
De los de la mala idea
Estando como librea
Con su inocencia le hirió
I todo esto presenció
Un José de Arimatea.

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