Aquel que engaña a una niña
Tiene la condenacion;
Por la falta cometida
Tiene que pedir perdon.
I
Me dicen que Cupido
Es rei de amores
Que clamamos a él
Por sus honores.
Por sus honores, sí,
Niña graciosa
Al sol quitas el brillo
Bonita rosa.
Así me das consuelo
Precioso cielo.
II
Tú eres para mí el encanto
I la dicha de mi suerte;
Si me llegas a olvidar,
Eres causa de mi muerte.
Tú eres todo mi anhelo
I mi recreo
Que gozo dulces glorias
Cuando te veo.
Cuando te veo, sí,
Puedo decir
Que por seguir tu amor
He de morir.
Hazla pues con paciencia
La dilijencia.
III
La niña que quiere a un jóven
Tiene el cielo por consigo
I si tiene mas hermanas
Puede tener mas amigos,
Esa niña preciosa
Con su mejilla
Es un jardin de flores
De maravillas
De maravillas, sí,
Niña engañosa
Esa tu cinturita
Linda i hermosa.
Así es la señorita
Linda i bonita.
José Hipólito Casas Cordero
Echáurren, núm. 607.— Poeta santiaguino, segundo Bernardino Guajardo
