EL PECADOR ARREPENTIDO

  Yo no siento el morir, nó,
Porque morir no es afrenta
Lo que yo temo es la cuenta
Que tengo que darle a Dios.

  Vengo mui apesarado
A conseguir el perdon
I espero que en la mansion
Debo de ser perdonado
Lo temporal he dejado
Porque el mundo me engañó
El cielo y me llamó
Con mi padre celestial
Por dejar lo terrenal
Yo no siento el morir, nó.

  Con la sangre del madero
Quiero mis manchas labar
Haber si puedo gozar
La dicha del buen sendero
I del Uno i Trino espero
La grandeza que me alienta
Mi alma con amor frecuenta
El gozo de de la otra vida
Hoi deseo mi partida
Porque morir no es afrenta.

  Ya cesa pues, padre mio,
El peso de mi maldad
Por qué tanta iniquidad
Ya te tienen todo herido
Busco el rebaño aflijido
Por si Satanás me tienta
Que como una fiera hambrienta
Me hace luchar con rigor
I a presencia del Señor
Lo que yo temo es la cuenta.

  Sigo tus pasos divinos
Como el bienhechor implora
I aquella reina i señora
Ampara a los peregrinos
Privamé de los caminos
De la perdición atroz
Pronto marcharé veloz
Para el cielo en dulce calma
Por rescatar aquella alma
Que tengo que darle a Dios.

  Al fin Salvador Eterno
Un hijo descarriado clama
Que lo libres de la llama
De aquel lugar sempiterno
Hai purgatorio e infierno
Lo reza el texto sagrado
Aquel que vive engañado
Reniega la santa historia
El bueno se irá a la gloria
I al infierno el condenado.

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