Versos a lo divino
EL NACIMIENTO DEL NIÑO JESUS

  Ya nació el buen Jesus
En el Portal de Belen,
Humilde i con tal bajeza
Aquel Dios del sumo bien.

  A la una en la mañana
Se vió a la nueva aurora
Clar[a] i purificadora,
Celestial i soberana.
De su vista el brillo mana
Con que se aumenta la luz;
La flor abrió su capuz
Risueña i con elegancia,
Para decir con fragancia
Ya nació el buen Jesus.

  Solo i desacompañado,
Aparte de la opulencia,
Nació la omnipotencia
En un pesebre botado.
Tal como estaba anunciado
Por los profetas tambien,
Que aquel fragantoso eden,
A los rayos de la luna,
Tendria su primer cuna
En el Portal de Belen.

  Unos sencillos pastores
Al saber el nacimiento;
Corrieron con gran contento
Llevándole muchas flores.
Entonaban sus loores
Con divinidad i limpieza
A vista de la princesa;
Creyendo estaba en alhajas,
Lo hallaron en unas pajas
Humilde i en tal bajeza.

  No hai pluma con que escribir
El contento i la alegría,
Que contemplaba María
Mirando a su Hijo, es decir,
Creció pobre, es de advertir,
El Rei de Jerusalen;
I yo aquí diré deten,
Engolfado en santo amor:
Es el mismo Salvador
Aquel Dios del sumo bien.

  Al fin, en aquel momento,
Porque resistir no pudo,
El buei al verlo desnudo
Se atracó i le echó el aliento;
Fué un milagroso portento
Que no se ha visto otro igual
Desde entónce hasta lo actual,
Por piedad o por cariño,
Que haya calentado a un niño
Sáquenme algún animal.

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