Crímen en San Felipe
EL TENIENTE QUE ASESINÓ AL
SEÑOR RIOS EN LA ALAMEDA

  En San Felipe, señores,
El asesino Garcia
A Rios le dió la muerte
Con descaro i villanía.

  El dia dos del presente
Altivo i mui satisfecho,
Don Miguel cometió el hecho
Entre un público de jente.
¡Bueno el oficial valiente!
Han dicho los moradores;
No se asombren mis lectores
Por lo que les cuento yo;
El crímen se cometió
En San Felipe, señores.

  De la casa de un amigo
Salió el jóven Roberto,
Donde un compadre por cierto
Marchaba a buscar su abrigo.
Pensativo, como digo
Iba con melancolía,
Por la Cañada ese dia
Caminaba él con compás;
Cuando lo alcanzó de atras
El asesino Garcia.

  Furioso el tal oficial
En medio de la Cañada,
Sacó la traidora espada
Mas feroz que un animal.
Cual sanguinario chacal
Trató de dejarlo inerte,
Con aquel golpe tan fuerte
Dejó al occiso tendido;
Porque es un gran atrevido,
A Rios le dió la muerte.

  Por cuestion que no fué preso
Cuando él trató de llevarlo,
Propuso entonce ultimarlo
El oficialillo tieso,
Es el que hizo todo eso
Teniente de artillería;
Una niña le decia
No lo mate en esos casos;
Pero él dió de sablazos
Con descaro i villanía.

  Al fin, aquel hombre cruel
Haciéndose el mui bellaco,
Le dió una tarjeta al paco
I se marchó a su cuartel.
Otro crímen como aquel
No he visto ni espero ver,
El sujo lo hizo adrer
Según público pensar;
Hoi lo han de hacer pagar
Las hechas i por hacer

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