Una muchacha elegante
A su propio hijo mató;
El crímen lo cometió
Por seguir a un nuevo amante.
Tiembla la pluma en la mano
Al narrar lo sucedido,
I se perturba el sentido
De todo el que es buen cristiano;
Cualquiera, por mas pagano,
Se horrorizará al instante
I cambiará de semblante
En el momento preciso,
Solo de ver lo que hizo
Una muchacha elegante.
Ni la fiera, aunque es feroz,
A sus cachorros los mata,
Ni aun ménos los maltrata,
Porque conoce que hai Dios;
Pero esta cristiana atroz
En tal cosa no pensó,
I de una daga se armó
En su pérfida intencion:
Sin tenerle compasion
A su propio hijo mató.
Por el hombre la mujer
Le pierde al hijo el cariño:
Siendo todavia niño
Lo entrega al padecer.
Esto no es saber querer
Ni amar, aconsejo vo;
Si por el amor perdió
El conocimiento ella,
Talvez por quedar doncella
El crimen lo cometió.
Se llama Pancha Mardone
La asesina, digo ya,
I mui dificil será
Que el Hacedor la perdone.
Es menester que no abone
La justicia recelante;
Un caso tan alarmante
Es de la infame, i de fijo
Victimó a su mismo hijo
Por seguir a un nuevo amante.
Por fin, lo que se malicia,
Al considerar la suerte,
Hizo la infame la muerte
Sin temor a la justicia.
Hoi la busca con pericia
A la tirana mujer
La autoridad, en mi ver,
Sin la menor dilacion,
Para que pague en prision
Las hechas i por hacer.