Lamentos de un prisionero
DE VERSE TANTO TIEMPO
EN PROCESO

  Se lamenta un prisionero
En la cárcel de la ausencia,
Aguantando por la doble,
Esperando la sentencia.

  Desde que entra el mortal
A las puertas de un juzgado,
Pasa a ser acriminado
Por el alto tribunal;
Viéndose ya tan fatal
Reniega del mundo entero
En estado lastimero,
Maldice el feliz momento;
En su lúgubre aposento
Se lamenta un prisionero.

  ¿A quién no le dará pena
De verse incomunicado,
Solo i desacompañado
Entre el grillo i la cadena?
Por aliviar su condena
Reclama i pide una audiencia;
Pero queda a la inclemencia,
En un pesar sumerjido,
De ver que está detenido
En la cárcel de la ausencia.

  I nada cuesta caer
Preso: salir es lo bueno.
La prisión es un veneno
Que hace al hombre fenecer:
Tiene allí que padecer
El hombre, aunque sea un roble,
Tanto el pobre como el noble,
Para colmo de sus daños,
Pasan meses, pasan años,
Aguantando por la doble.

  Preso por casualidad
Caer, la injusticia mata;
Pero si uno tiene plata
Se compra la libertad.
Si no larga la verdad,
Tiene mala consecuencia:
Lo castiga su conciencia,
Esto a mí se me previene,
Que gran tiempo lo detiene
Esperando la sentencia.

  Al fin la cárcel, señores,
Digo según mi entender,
Hace al mortal conocer
Los trabajos i rigores;
Ratos pues de sinsabores
Se sufren allí a millares,
Lloran sus penas a mares
Los pobres encarcelados,
I a los descorazonados
Los consuelo en mis cantares.

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