Un hombre muerto
A PALOS I OTRO AHORCADO EN LA CALLE DE CUETO

  Un hombre a palos fué muerto
En Requegua, me han contado;
El otro en la calle Cueto
Se quitó la vida ahorcado.

  En Chile «Vírjen María!
Por los hombres de manteos,
Las muertes i los saqueos
Están a la órden del dia
Es inmensa la herejía
Que reina, i dicen que es cierto,
Lo que yo en mi verso advierto
Sin hacer ningún empeño,
Que en un pueblo mui pequeño
Un hombre a palos fué muerto.

  Ya esto es barbaridad
I no es preciso que abone,
Porque remedio no pone
Nuestra noble autoridad.
Es la purita verdad
El hecho que he mencionado,
Tal como va escriturado
En este papel impreso;
Es el lugar del suceso
En Requegua, me han contado.

  Tambien Paulo Frangonlon,
Valiéndose de un cordel,
Se quitó la vida el cruel
Sin alma i sin corazon;
Por eso un buen atracon
Le voi a dar al sujeto,
I la pluma firme aprieto,
Hablo claro i digo yo,
Diciendo: se suicidó
Otro en la calle de Cueto.

  Plantó un clavo en la muralla
I se echó la soga al cuello,
La cual le quitó el resuello
I así espiró de esa laya
Tanto le apretó la agalla
A donde estaba colgado,
Que el rato ménos pensado,
Once ántes del meridiano,
Solo i por su propia mano
Se quitó la vida ahorcado.

  Al fin, cuando va lo hallaron
Tenia la lengua afuera,
I porque se conociera
A la Morgue lo pasaron;
Muchos allí presenciaron
El cadáver al momento.
Por eso es que yo lo cuento
Al impulso de mi lira:
No digan que esto es mentira,
Ni fábula que yo la invento.

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