Segundo verso
DE LOS PADECIMIENTOS
DE UN RODANTE

  En este mundo tirano,
Yo soi el mas desgraciado:
Sin tener padre ni madre
Me encuentro desamparado.

  Sesenta cobres en plata
Tenia cuando me fuí,
Pues, pero ese tiempo, sí,
Toda cosa era barata.
La suerte a mí me maltrata
Desde una edad temprano.
Estando en pais lejano,
Sea conde, rei o papa,
Nadie de sufrir se escapa
En este mundo tirano.

  A Tamaya, mineral,
Llegué i entré de minero
En casa de un pirquinero,
Pero la saqué mui mal.
Conociéndome fatal.
En tal miserable estado,
Dije, pues, desengañado.
Contrito i con afliccion:
Por salir sin bendicion
Yo soi el mas desgraciado.

  Cuatro meses no cabales
En aquel punto estaría,
Despues a la Compañía
Me marché en horas fatales;
Viendo que sufria males
Dije: aunque no me cuadre,
I ya cuando me taladre
Mi suerte la cruel fortuna,
Quedaré como a la luna,
Sin tener padre ni madre.

  De allí me pasé a Labral
Por tierra, mui placentero,
Me junté con un ratero
I un flojo vago ¡qué tal!
Lo que me vieron sin real
Se botaron a enojado.
De Freirina al otro lado
Quedé, i como una avecilla,
Dije con alma sencilla:
Me encuentro desamparado.

  Al fin llegué a Carrizal
El año setenta i dos,
Encomendándome a Dios
Como justo i natural;
Allí un año, pues, cabal
Estuve alegre i mui franco;
Despues alargué mi tranco
Nó por tierra sino en tren,
I fuí a trabajar, lo ven,
Donde llaman Cerro Blanco.

Ver lira completa

image_pdfConvertir a PDFimage_printImprimir

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *