A muerte estoi condenado,
En capilla me pusieron,
La sentencia me la dieron
Por el Consejo de Estado.
Con un dolor temerario,
Al saber mi cruel condena,
Siento en mi mente una pena
I decirla es decesario.
En mi esfuerzo involuntario,
Triste i descorazonado,
Viendo que fuí un malvado,
Digo aquí con tiernas voces:
Por mis crímenes atroces
A muerte estoi condenado.
Me pesa el haber nacido
A este mundo fatal,
Cuando entré a criminal,
No haber mi vida perdido,
Todo lo hablo en mi sentido,
Es la verdad la que oyeron,
Desde que ya me prendieron,
Principié pues a sufrir,
I ahora ya para morir
En capilla me pusieron.
La Corte tambien pedía
Con bastante reverencia,
Para mí, pues, la clemencia,
I el Consejo no entendia.
El secretario ese dia,
Tan pronto que le dijeron,
Escribir varios lo vieron,
Todo en mui buen arreglo.
Para escarmiento del pueblo
La sentencia me la dieron.
Solo Achurra no votó
En mi contra, dice el reo:
Moriré diciendo: creo
Que él se compadeció.
De mí, lo he sabido yo,
Habló mucho el abogado,
I mi condena han firmado
Primera i segunda instancia,
Comprobándose con ansía
Por el Consejo de Estado.
Al fin, con razon me quejo
Ver mi vida como se halla:
Cuando uno dice mal haya,
Mal haya ya está mui léjo.
Quisiera dar un consejo
A los hombres por ahora,
Sin tardanza ni demora.
Santo Dios, Vírjen María,
Está dando en contra mía
La parca devoradora.
