Una vez que me templé,
La muchacha me abrazó;
Del apreton que me dió,
De puro amor me cagué.
Le dije: hijita, la quiero
Desde el dia en que la ví;
Si usted me aborrece a mí,
Por sus desdenes me muero.
Con un sentir lisonjero
Casi me desesperé;
I la ocasión que logré
Cambiar con ella unas notas,
Perdí hasta mis ojotas
Una vez que me templé.
La monona me decía:
Yo tambien lo estoi amando.
Como que se iba jugando
Intencion le conocia.
Darme lo que ella tenia
También se comprometió;
Jamás me lo enseñaló
El negocio la embustera;
I solo porque la quiera
La muchacha me abrazó.
Una mañana temprano
Entré a su cama al pasito,
I pronto por debajito
Le fuí metiendo la mano.
Me dijo: hombre tirano,
Tan pronto que despertó;
Lijero se levantó
Han dicho los que la vieron.
Los miados se me salieron
Del apreton que me dió.
Y a lo que me ví con ella
En la primera entrevista,
Le hice luego una conquista
Sin dar la menor querella.
Mas bonita que una estrella
Estaba cuando la hallé;
De gusto me disloqué
Al hablar varias razones,
I hasta los mismos talones
De puro amor me cagué.
Al fin, me tomó el olor
I me dijo: uted está hediondo.
Nó, hijita, salen de lo hondo
Las fragancias del amor;
Es perfume embriagador
Que de su cuerpo ha brotado.
Con semblante demudado
Me dijo con mucho tino:
Quitese el sucio cochino,
Que se halla todo cagado.
