BRÍNDIS DE UNA PRINCESA
Brindo, dijo una princesa
En su lujoso palacio,
Por los vientos del espacio
Que corren con lijereza.
Aquella esbelta belleza
Tan serena i tan jovial,
Sobre el arte natural
Un bríndis improvisó,
I concluyendo brindó
Por su corona imperial.
BRÍNDIS DE UNA DONCELLA
Brindo, dijo una doncella,
En el nombre de María,
Que me ha dado hasta este dia
La virtud i gracia de ella.
Tan pura como una estrella
Estaba hasta aquella edad;
Por su mucha dignidad
Virjen Dios la conservó;
I concluyendo brindó
Solo por su santidad.
BRÍNDIS DE UN CONFESOR
Brindo, dijo un confesor,
Contrito i con aflccion,
Al alzar la comunion,
En el nombre del Señor.
Con arrogancia i fervor
Su voz al cielo levanta:
Con una devocion tanta
La gracia a Dios le pidió,
I concluyendo brindó
Por la iglesia sacrosanta.
BRÍNDIS DE UNA MORENA
Brindo, dijo una morena,
Mui triste i toda quejosa:
Al ver a otra buena moza
Casi me muero de pena.
Mui risueña i mui serena
Dijo: la accion es bien rara;
Si alguna a mí me igualara,
De pesar me muero yo;
I concluyendo brindó
Por la cútis de su cara.
BRÍNDIS DE UN MILITAR
Al fin, dijo un militar:
Yo brindo por mi fusil:
Aunque me bata con mil,
Jamas sabré acobardar.
Peleando llego a soñar,
Esta no es ponderacion:
Sin la menor dilacion,
Al desnudar el acero,
Brindo aquí como guerrero
A nombre de mi nacion.