El dia de todo Santo
Se va a los cementerios,
Recitando los misterios
Con dolor, pena i con llanto.
Es el sentimiento tanto
Que se nota en los dolientes,
Deudos, hermanos, parientes;
Para poder descansar,
Allí van a derramar
Las lágrimas a torrentes.
La que muere en el pecado,
Sufre en el purgatorio
Suplicio horrendo i notorio,
Por no haberse confesado.
Bastante le habrá pesado
La vida, que fué ilusoria.
I aquí con fé meritoria,
En el terreno sagrado,
Para el que está sepultado
Dios le dé la santa gloria.
Rezarle una Ave María
A una ánima, es un portento;
Descansa del sufrimiento
Por mas que haya sido impía.
Tiene paz, tiene alegría,
Cuando oye la oracion.
Algunas hasta el perdon
Alcanzan si hai quien les rece,
Por eso es hoi, me parece,
Dia de ir al panteon.
Una Salve o un Bendito
Vale mas que por diez años
Sufrir por los desengaños,
Castigos i cruel delito.
Aquí yo digo i repito
A todos con atencion,
Para nuestra salvacion,
Este remedio distingo:
Oir misa en el dia domingo
Se alcanza la redencion.
Al fin, les digo por qué
Yo a la Iglesia voi a ir,
Cuando si llego a morir
No sé si me salvaré.
Pero me encomendaré
Siemprs a la Vírjen María,
En la última agonía.
Con la misma gracia aquella,
Siendo devoto de ella,
Ha de ser mi luz i guía.
