Cantando no siento pena,
Estando con mi querida,
Le pido a Dios que me dé
Ochenta años mas de vida.
Cuando me hallo con mi bella
Se me alegra el corazon,
Me da una cierta emocion
La misma hermosura de ella.
Es tan linda como estrella,
Fragante mas que azucena,
Ni aun del mar la sirena
Iguala mi perla hermosa.
En esta vida engañosa
Cantando no siento pena.
La vez que se halla a mi lado
Ella i mui bien adornada,
Con una sola mirada
Me deja electrizado,
O mas bien dicho, encantado
I hasta con el alma herida.
Tan triste i tan abatida
La siento i se me devora;
Pero sí se me mejora
Estando con mi querida.
Con un tonido travieso
Me dijo amorosa: hijito!
Con su boca de anjelito
Se me atraca i da un beso.
Mi corazón quedó preso
Desde que me le atraqué.
Pregunten cómo le fué
A ella al estrecharla…
Mas cariño para amarla
Le pido a Dios que me dé.
Me pareció que en el cielo
Con ella estaba en el sueño
I era su único dueño
I ella mi dicha i mi anhelo;
Me daba tanto consuelo
Cuando la hallaba dormida.
Entre mi ilusion perdida
Mi mente salió a buscarla;
I deseo para amarla
Ochenta años mas de vida.
Al fin, nunca afecto tierno
Le he tomado a mi perlita,
Desde cuando era chiquita
Ella i yo estaba moderno.
En una noche de invierno
A su casa me citó,
A la cual mui presto yo
Fuí i la hallé tan contenta;
I ántes de que se arrepienta
Mi boca un beso le dió.
