Lucero iluminador
Del rubio Sol diamantino,
Luz del Hacedor divino
Rayo del blanco candor.
El jardin se fertiliza
Con la lluvia i el rocío,
Pero el soberano frio
Marchita a la hortaliza;
A veces la fecundiza
El grandísimo calor,
Muda de aspecto i verdor
En las horas mencionadas;
Despertad las alboradas
Lucero iluminador.
En tiempo de primavera
La gran florida montaña,
Con gusto i fragancia baña
A toda la tierra entera;
I aquella brisa lijera
Toma el aroma mas fino,
Que le empresta el gran espino
Cuando está coposo i bello;
Porque le traiga el destello
De rubio Sol diamantino.
Sopla el aire en la mañana
Con prontitud i con prisa,
I en la altura se divisa
El cielo color de grana;
Mece la nube liviana
Al mas elevado pino,
I el huracan repentino
Con soberano poder,
Hace siempre aparecer
Luz del Hacedor divino.
En la tarde cuando empieza
Febo, a ocultarse con gozo,
Por milagro prodijioso
Cambia la naturaleza;
Sale i quita la tristeza
La luna con su esplendor;
Con el brillo brillador
Estando todo a oscura;
De noche es con su hermosura
Rayo del blanco candor.
Por último, el vejetal
En invierno i en verano,
Es de todo sér humano
Alimento sustancial;
Con el viento mineral
Se mece el árbol frondoso;
Tambien un fruto sabroso
Nos da despues de florido;
Maduro i descolorido
Pero mui dulce i jugoso.
