Entre Talca i Curicó
Hácia Panguilemu fueron,
I otro gran salteo hicieron,
Esto lo he sabido yo:
Nadie me dirá que no
Lo que les cuento i repito,
Versando jamas me ajito
Como poeta eminente;
Dice nuestro Presidente
A mí no me importa un pito.
Los atacaron de frente
A la esposa i al marido
I luego a tierra a un bandido
Echó la mujer valiente;
Se combatió heroicamente
Furiosa como un maldito,
De adentro de un rinconcito
Descargó el arma potente;
Dice nuestro Presidente
A mí no me importa un pito,
Pelearon un cuarto de hora
Sin acobardar un punto,
Pero al final del asunto
La mujer fué vencedora;
¡Caramba con la señora
Que peleó de lo bonito!
Sin pegar un solo grito
Combatió, i en lo presente,
Dice nuestro Presidente
A mí no me importa un pito.
El esposo cayó al suelo
Herido por una bala,
I ella, viéndolo en la mala,
Le dió valor i consuelo;
No tenga ningún recelo
Por mí, mi querido hijito,
Porque yo bien lijerito
Los venceré mui urjente;
Dice nuestro Presidente
A mí no me importa un pito.
Al fin, la jente no halla
Trabajo en parte ninguna,
Los escasos de fortuna
Robando sacan la raya;
Que bien va, si así no falla
A cada instante un salteo,
En tan magnffico empleo
Digo, sin comparación,
Los que mandan la nacion
Ya no importan un bleo.
