Versos a lo adivino

  María, la mas hermosa
En la tierra i en el cielo,
Es del hombre su consuelo
Divinidad milagrosa.

  Desde que nació fué pura,
Ha sido i siempre será,
Por su infinita bondá
En su trono de dulzura:
Quita al triste la amargura
A donde mora i reposa,
Como una mística rosa
Le alumbran las luces bellas,
Entre miles de doncellas
María la mas hermosa.

  De su vientre virjinal
Nació el niño Jesús.
Mas brillante que la luz,
Soberano i sin igual;
Como era celestial
Los fieles no con recelo
Lo adoraron con anhelo,
Porque es justo i tan amado,
Ha de ser glorificado
En la tierra i en el cielo.

  Es la Madre sacrosanta,
Emperatriz de la gloria,
Siempre tiene en la memoria
Al que con devocion tanta
Su voz a ella levanta
A su trono desde el suelo:
Resplandeciente, sin velo,
Como señora i purísima,
Con su poder la beatísima
Es del hombro su consuelo.

  Jamas, nunca se ha cansado
De suplicarle a su hijo
Con un amor tan prolijo
Que nos libre del pecado;
En su palacio estrellado
Ella es la mas bondadosa,
I fuente de agua virtuosa
Es según en sus semblantes,
Guía de los navegantes,
Divinidad milagrosa.

  Al fin, la Vírjen, diré,
Es reina del mundo entero,
Madre de Dios verdadero
I esposa de San José;
Su amor del hijo con fe,
Se encuentra siempre en sí mismo,
Ella es pila del bautismo
Con su noble sentimiento,
I no descansa un momento
De amparar al cristianismo.

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