Horroroso asesinato
EN QUILLOTA—UN ITALIANO
DEGOLLADO

  En el pueblo de Quillota
Un asesino inhumano,
Lo mató en su misma casa
A un comerciante italiano

  Llegó el traidor delincuente
Donde estaba el estranjero,
I cual lobo carnicero
Lo mató bárbaramente.
¡Bueno el bruto tan valiente!
Digo, escribiendo esta nota;
La sangre se me alborota
I se me turba el sentido,
De ver lo que ha sucedido
En el pueblo de Quillota.

  El mártes por la mañana,
Cuando la puerta se abrió,
Al pobre infeliz se halló
Bañado en su sangre humana:
Dió este detalle en su plana
El colega Quillotano.
Sin temor al Soberano
El cinico estravagante,
Victimó a su semejante
Un asesino inhumano.

  El subdito Juan Romanzo
Es el occiso en lo actual,
I por dar cuenta cabal
Debo de hacer un descanso
Primero, i despues avanzo
Diciendo que no hará basa,
Ya enredándolo en la nasa
Aseguro en el papel,
Que el pillo con mano cruel
Lo mató en su misma casa.

  Despues de haberle robado
Sin recelo el que menor,
Debajo del mostrador
Lo dejaron degollado.
Creo yo que el mas malvado
Con su sacrílega mano,
Como un leon africano
I porque el mundo le alabe,
Hirió de muerte, se sabe,
A un comerciante italiano.

  Al fin al bárbaro hereje,
Al declararle la guerra,
Que asiente su pata en tierra
No es menester que lo deje,
Por mas que chille i se queje
De mí que soi imprudente,
Porque no diga la jente,
Opino con la verdad,
Que hoi toca a la autoridad
Apresar al delincuente.

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