Un ciego con plata
IMPLORANDO LA CARIDAD POR
LAS CALLES

  Estaba un ciego escuchando,
Un gran tropel que venia,
De limosna le pedia
A un burro que iba pasando.

  De las costas se marchó
El ciego a esta ciudad;
A implorar la caridad,
Acá a Santiago él llegó;
Casa de alto se compró,
El, con lo que fué juntando,
Hoi se está regocijando
Con aquella gran fortuna;
Los trancos de una cuncuna
Estaba un ciego escuchando.

  Cuando a este pueblo llegó,
Propuso ir a la intendencia
A pedir una licencia,
I el intendente a él le dió.
Permiso el pobre sacó
Para dos años i un dia;
Con aquella regalía
Se creyó él un magnate,
I lo hizo perder el quilate
Un gran tropel que venia.

  Una mañana temprano
Se marchó para el abasto
Con un enorme canasto
Haciéndose el mui marrano;
Encontró un parroquiano
I le habló con cortesía;
Todito lo que queria
Le declaró en un papel;
A otro ciego como él
De limosma le pedia.

  Yo le oí a un despachero,
Pero no recuerdo a que hora,
Que le dijo a su señora:
¡Qué ciego tan majadero!
Si uno no le da dinero,
Vuelve la cara choreando,
El alabado, rezando;
Se paró en una esquinita
I le pidió limosnita
A un burro que iba pasando.

  Por último, el ciego ahora
Con el sudor de los lesos,
Cuenta con bastantes pesos
I una mui linda señora;
Siempre mendiga e implora
Como cualquier pobrecito;
Por las casas, el maldito,
Tranquilo i mui cocoroco,
Les va sacando de a poco
Con paciencia el centavito.

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