El crímen
DE LA CALLE DE LAS HORNILLAS
—EL ASALTADO MUERTO A PUÑAL
I UN BANDIDO AHOGADO

  Dos perversos criminales
De aquella terrible plaga
Sin saber por qué motivo
Dieron muerte a Munizaga.

  El diez i nueve del mes
De febrero que acabó,
El crímen se cometió
Entre las dos i las tres.
No hice el verso en esa vez
Por reprender a los tales.
Descendencia de chacales
Son los que hicieron la muerte,
Corrompidos de tal suerte,
Dos perversos criminales.

  Por la calle Las Hornillas
El pobre occiso marchaba,
Topó cuando él no pensaba
A los de las palomillas.
Con unas frases sencillas
Le contestó al que lo halaga,
Hombre, si se te paga
Por qué me quieres pegar,
I no se pudo librar
De aquella terrible plaga.

  El asesino Duran,
Cayó al canal i se ahogó
I Córdova, se rindió
Siendo tan guapo, a un guardian,
Hoi los demas qué dirán
Del que se encuentra cautivo;
Yo pensando en lo que escribo
Los que los diarios contaron
Diré que lo ultimaron
Sin saber por qué motivo.

  El occiso mui formal
Combatió valiente i fiero,
I en aquel momento pero
Recibió el golpe mortal.
Como justo i natural
Uno de la jente vaga
Sacó una cortante daga
Lijero i de un repente;
A vista de tanta jente
Dieron muerte a Munizaga.

  Al fin al ver esos males
El vecindario dió aviso,
I pronto de un improviso
Llegaron dos policiales.
Sin temerle a los puñales
Siguieron a los bandidos,
Aunque estaban prevenidos;
Por si podian salvar,
Huyeron para escapar
Cuando se vieron perdidos.

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