Fusilamiento del reo
JUAN RUIZ, EN RANCAGUA
ES PUESTO EN EL BANCO

  Luego que al banco llegó,
Se vió al reo mui penoso:
En el cadalso afrentoso
Ya con la vida pagó.

  Tristeza es ver al mortal
De la suerte maldecido,
Contrito i arrepentido
En el momento fatal;
¿Dónde habrá tormento igual?
Aquí les pregunto yo;
Nadie me dirá que nó;
I por ganarse la palma
A Dios encomendó su alma
Luego que al banco llegó.

  Con humilde corazon
Iba a cumplir su destino,
Clamándole al Unitrino
Que le diera su perdon:
Como divino patron
Celestial i bondadoso,
A tu presencia con gozo
Iré porque estoi dispuesto;
I pensando todo esto
Se vió al reo mui penoso.

  Triste i descorazonado
Llega al lugar del suplicio
En completo i sano juicio,
Corrido i avergonzado
De verse que acriminado
Es por un hecho horroroso;
I sin remedio, forzoso,
Si su estrella lo abandona,
Pagará con su persona
En el cadalso afrentoso.

  Se sienta sin ni un temor
En el patíbulo, ufano
Porque mira que en su mano
Llevaba a nuestro Señor;
Pidiéndole con fervor
Contra el pecho lo atracó;
Despues que un beso le dió,
Dijo el pueblo, entre impasible:
El asesino temible
Ya con la vida pagó.

  Por fin, con mucha emocion
Al piquete le decía:
Que fijen la puntería
Medio a medio al corazon;
Se oyó la detonacion
De la descarga que se hizo,
Porque era justo i preciso,
I su alma con eficacia,
Al darle el tiro de gracia,
Voló al cielo de improviso.

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