El contrarresto

  Al Gato, poeta talquino,
Diré, al seguirle la gresca,
Que no hai quien no lo aborrezca
Por lo sucio i lo cochino.
Quiere afrentarme este indino.
Pero comete un error.
Siendo que es estafador
De los carros el pequen,
No habia de hablar mas bien
El mui célebre inspector.

  Por lo bruto i sin vergüenza
Le voi a menear guaraca;
I si otras cosas me saca,
Déme esplicación estensa.
Mui pronto halla el que comienza
Quien le arregle bien la cuenta;
De este modo gasta ostenta,
Es la verdad la que cuento:
Robando que es un contento
Por tener para la imprenta.

  Lo voi a dejar en prensa
A este pije palangana;
Hasta la otra semana
Daré mas correspondencia,
Si él siguiera con la ofensa
Lo mismo que pregonero.
¡Qué traza de pordiosero
Hijo de la negra chancha,
Con esa boca tan ancha
Me dijo que era ratero!

  Hasta que siga el camino.
Le iré zurrando a esta bestia;
Si halla que es mucha molestia
Le cambio el rumbo i el tino:
Por mas que sea latino
Tengo que irle atracando;
Pero si sigue chillando,
Claro es que no le conviene
Al pobre, que se mantiene
A fuerza de andar robando.

  Trabaja este distinguido,
Sin tener temor ni susto,
En la rapiña a su gusto
Ya se encuentra convertido.
Yo, por no estar prevenido,
Me voi a ir al pasito:
Hablándole mui clarito,
Le suplico sin quebranto
No disparatee tanto,
Al fin, amigo Gatito.

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