Un adios eterno
VERSO DEDICADO AL SEÑOR
MANUEL A. MATTA

  En la tumba de un amigo
Lloraré mi desventura,
Encomendándolo a Dios
Al pie de su sepultura.

  Las ninfas de los jardines
Le depositarán flores,
Por hacerles los honores
Al compas de los clarines.
Malvas, azucenas, jazmines,
Le han de adornar, como digo,
Porque tiene de consigo
Con tan santa humana fe;
Lágrimas derramaré
En la tumba de un amigo.

  A dejarle sus coronas
De gran hermosura i briso,
Desde el mismo paraiso
Han de venir en personas,
De perfumadas congonas
Para eternar su dulzura,
Todas con mucha ternura
Vestidas de un blanco azahar,
Cuando las vea llegar
Lloraré mi desventura.

  Reinará la siempre-viva,
A los rayos de la Luna,
I el campeón de la tribuna
Mil homenajes reciba;
Cuando su vida se escriba,
No será el tiempo veloz;
Hoi con apasible voz
Con una abuegación suma
Iré triste con la pluma
Encomendándolo a Dios.

  Fué un escritor afamado
Don Manuel Antonio Matta,
Por patriota, nó por plata,
Nunca se vió fatigado.
Fué publicista ilustrado,
I sabio en literatura,
De conciencia siempre pura
Las lágrimas a torrentes
Derramarán sus parientes
Al pie de su sepultura.

  Al fin la patria de duelo
Se halla, desde sur a norte,
Porque ha perdido un resorte
Jime sin tener consuelo;
Atacama con anhelo
Es la que mas ha sentido,
Solo de ver que ha perdido,
A un hijo que allí nació,
Todo Copiapó quedó
En un pesar sumerjido.

Ver lira completa

image_pdfConvertir a PDFimage_printImprimir

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *