LA SOMBRA DEL JÉNIO

       I.

  ¡Salve, oh jénio sin segundo!
Salud, jigante inmortal!
Sal hoi del sepulcro… sal
Para contemplar tu mundo.
Hoi con respeto profundo
Sin que alma alguna se asombre.
Pronuncia tu augusto nombre
Esta América, mi madre:
¡Honra a su segundo padre,
Al jénio, al coloso, al hombre!

       II.

  Si, hoi la humanidad entera
Del uno hasta el otro pelo.
Con un sentimiento solo
Te levanta, justiciera.
Ni brota la primavera
Entre galas flor naciente,
Digna de tí y suficiente
Para tejerte guirnaldas;
Ni perlas hai ni esmeraldas
Con que engalanar tu frente.

       III.

  La América que soñaste,
Joya de tu alma querida,
Puesto que le diste vida
Y al orbe se la mostraste;
Puesto que al fin la sacaste
Desde el fondo del oceáno:
A tu jénio soberano
Hoi entona mil loores:
¡Que otro titulos mejores
Tiene el mundo americano!

       IV.

  ¡Sal del sepulcro, Colon
Alza tu noble cabeza:
Comprenderás tu grandeza
Al ver tu indiana rejion
Alambre, riel, carbon,
Libro todo han transformado;
Mas tú del sepulero helado,
Tu polvo hoi que vida cobra,
Verás que todo es tu obra,
Que es lo que habias soñado!

       V.

  Reverenciar tu memoria
Lo grande es reverenciar,
?Quién niega grandeza al mar?
?Quién resplandor a la gloria?
Justa y severa la Historia.
Hoi de rodillas postrada,
Pájinas abre humillada
Que manchas llevan en pos;
Que recuerdan ante Dios
Las penas de tu jornada.

       VI.

  Aquellas amargas penas…
Y aquel dolor tan profundo…
¡El que descubriera un mundo
Cargado fué de cadenas!
Mas, en las horas serenas.
Digna y sosegada el alma;
Al abrigo de esa calma,
Léjos la ruin avaricia,
Luce el sol de la justicia,
El mundo le da la palma.

       VII.

  No importa, nó, que sus pies
Arrastren infames grillos:
Hoi mil tributos sencillos
Los liman, que justo es.
El marino jenovés
De su losa sepulcral
Hoi se levanta inmortal
Sobre su triunfo grandioso:
Y se alza al cielo, coloso,
De gloria en su pedestal!….

       VIII:

  ¿Y quién disputar podría
Lo sublime de la empresa?;
Una balanza hai que pesa
Aa acción que es buena o impía.
¡DOCE DE OCTUBLE! gran dia
Por el recuerdo que encierra:
En el valle, y mar y sierra;
En donde existen mortales,
Himnos se escuchan triunfales
¡Y se estremece la tierra!….

       IX.

  Tú de los siglos jigante,
Ser mas que humano divino.
Que te impusiste al destino
Siendo oscuro navegante;
Permite que hoi se levante,
Como un solo corazon.
A ensalzarte esta rejion,
Mi noble patria querida:
Pues débete a ti la vida,
Hoi te bendice, Colon.

       X.

  ¡Salud, mil veces salud
Augusta imponente sombra!
Sumiso el labio te nombra,
Te canta alegre el laud!
Jénio inmortal, de virtud
Tu corazon fué un santuario
Firme al destino contrario;
Y con todo, mártir fuiste,
¡Pues mártir casi moriste
Como Cristo en el Calvario!

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