EL SEÑOR DE BUENA ESPERANZA

  Oiga el lector habiloso,
Una historia que no es chanza,
Quiero hablar del milagroso
Señor de Buena Esperanza.

  En el barrio de Yungay
Y mui cerca de la plaza
Hai una modesta casa
Que habita un clérigo ó fray
Mui santo, y en ella hay
Un altarcito dichoso
Con un lienzo primoroso
Que al señor hace notar
Vjo que de él voy á hablar
Oiga el lector habiloso.

  El Señor con buena cara
Oye el ruego de la gente
Yparece que se siente
Como que el Señor hablara
Y á los ruegos contestara
Infundiendo la confianza
De que de él todo se alcanza
Si cón fé le están rogando,
Y es esto que estoi contando
Una historia que no es chanza.

  El Señor le da al momento.
Cuando oye el ferviente ruego,
Vista ai póbre que está ciego
Y al tullido movimiento,
Al desmayado da ajiento,
Salud al que está leproso,
Al triste devuelve el gozo,
A la doncella consuelo,
Por eso es que con anhelo
Quiero hablar del Milagroso.

  Es tal la fé de la gente
Que ve al Señor noche y día
Que ya fiene la alcancía
Rellena completamente,
El capellán impaciente
Con la plata que se alcanza
Mandó á la Curia, sin fianza,
Dos mil pesos y otro tanto
Producidos por el Santo
Señor de Buena Esperanza.

  Su imagen, que no es de bulto
Sino en un lienzo pintada,
La pondrán mui adornada
En lugar que no esté oculto
Para que le rindo culto
A su placer el mortal.
El Clero no tendrá á mal,
Al ver tanta maravilla,
Que le levanten capilla
En la misma Catedral.

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