LAS VICTIMAS DE CHICURE[O]

       Ya con la vida pagaron,
       El crímen que cometieron
       Los que a Chicureo fueron
       I a tantos asesinaron.

    Dos que en un rancho dormian
I que no eran inquilinos
Por los crueles asesinos
Atroz muerte recibian;
Con los que auxilio pedian
Mas bárbaros se mostraron,
A una sirvienta dejaron
Inerte en su propio lecho.
Los autores de tal hecho,
Ya con la vida pagaron.

    A la pena capital,
Condenados por las leves
Fué Luis Peña, Orqueda, iReyes
Cada uno por criminal.
Del recio golpe fatal 
Escaparse no pudieron
Bastante tiempo tuviern
Para que a Chile dejasen,
Convendria que pagasen
El crímen que cometieron.

    Nueve de ellos condenados
A prision perpetua están,
I un año que cumplirán
Solitarios encerrados;
De los tres ajusticiados
La triste ejecucion vieron,
Cerca de ellos los pusieron
Oprimidos de cadenas.
Hoi sufren severas penas
Los que a Chicureo fueron.

    Los sacerdotes piadosos,
A los reos auxiliaban
I a Nuestro Señor rogaban
Que los hiciera dichosos;
Preguntaban los curiosos
Qué desacatos causaron,
Otros así, contestaron:
Que por un salteo injusto,
Donde robaron a gusto
I a muchos asesinaron.

    Al fin, aquella mañana,
Los que al cadalso salieron
Los auxilios recibieron
De la relijion cristiana;
Que es en esta vida humana
El mas laudable consuelo
Decir que ama con anhelo
A Jesús crucificado,
I al que muere en ese estado
Dios lo proteje en el cielo.

       Bernardino Guajardo.

El dinero i las alhajas,.
Todo debia entregarlo,
Porque si no lo entregaba
Se la llevaria el diablo;
Tuvo la pobre señora
Que dar todo a aquellos bárbaros
Para no ser victimada
Por tan alevosas manos;
A una sirvienta que habló
Allí mismo la mataron
Uno de los malhechores
Sin reflexión ni recato.
Unos leñateros muertos
Fueron en un viejo rancho,
I quizás cuando dormian
En un profundo letargo,
Así es que al dia siguiente
Era triste el espectáculo;
Ver llevar a tanto muerto
En carreta, como sacos.
Luego el señor comandante
Llamó a los comisionados,
I éstos al fin descubrieron
Quiénes eran los malvados;
De suerte que de uno en uno
Doce a la cárcel llevaron,
I en tal prision detenidos
Estuvieron como un año,
Cuando las declaraciones
Unos a otros se acusaron;
I se supo quiénes eran
Los mas perversos i malos,
Que en esa noche trrible
Hicieron mayor esrago:
Tres eran los mas culpables
I a los tres los condenaron
A la pena capital,
I cuando llegó a sus manos
Aquella amargsentencia
Todos los tres la besaron,
Uno de estos fué Luis Peña,
El otro era Liberato
Orqueda, i este segundo
Se dice que era cuyano;
El tercero fué Gabriel
Reyes i Reyes, mui guapo,
I que al fin de todos ellos
Aquí vereis sus retratos,
Los pusieron en capilla
I el dia les designaron
En que juntos a los tres
Debian de ejecutarlos.
    Detengámonos aquí
I la ejecución veamos:

    Ya salen de la capilla
Marchando con pasos lentos,
En los últimos momentos
Cuando ya la alma se humilla.

Con el corazon mas tierno
Van i con dolor profundo
A despedirse del mundo
Para pasar a lo eterno.

    Con ellos los relijiosos,
Juntos marchan al suplicio,
Ofreciendo en sacrificio
La alma de aquellos dichosos.

    Orqueda al banco se sienta,
Besa los divinos piés
Del justo i severo juez
A quien tiene que dar cuenta.

    Reyes como que delira
Entre la imajinacion,
I para pedir perdon,
A sus compañeros mira.

    Peña hizo una insinuacion,
Como pidiendo favores
Para que los tiradores
Le tiren al corazon.

    Asi fué la ejecucion
De los tres ya mencionados,
Y los otros sentenciados
A una perpetua prision.

Al fin, al concluir la historia,
Pedir al Señor bueno es
Que a las almas de los tres
Coloque en su eterna gloria

       Benardino Guajardo.

Ver lira completa

Nota: esta lira está armada con pedazos de otras. Esta secuencia de versos refieren al mismo tema, no se separan por título, pero se forman por décima encuartetada, romance y cuarteta. Las ponemos juntas como en el documento.

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