EL GRAN CRÍMEN
DE LYON

    Murió el majistrado austero
de la gran nacion francesa
la noticia con presteza
se supo en el mundo entero.

    Cayó bajo aleve mano
movida por vil rencor
el eminente Carnot
puro i gran republicano;
todo pecho libre i sano
derrama llanto sincero
i maldice al bandolero
bajo cuyo brutal brazo
en estrecho i duro plazo
murió el majistrado austero.

    La sociedad anarquista
dispuso así de su suerte
resolvió darle la muerte
i buscó su tramoyista:
aunque se siguió la pista
del intento con destreza
fué tanta la lijereza
del asesino traidor
que hai que llorar el dolor
de la gran nacion francesa.

    De todas partes del mundo
hoi solo se alza una voz
contra este crímen atroz
en la tierra sin segundo:
¡álzese el rayo iracundo
delante de accion como esa,
no perdone una cabeza
que a la virtú haga la guerra!
Cundió por toda la tierra
la noticia con presteza.

    A media noche espiró
con noble resignación
el Arzobispo de Lyon
con gran piedad lo asistió,
luego el cadáver se abrió
i se vió que el vil acero
habia hecho un agujero
de seis pulgadas i media:
esta espantosa trajedia
se supo en el mundo entero.

    Las lágrimas a raudales
riegan el suelo frances
con solemnidad i prez
han de ser sus funerales:
las naciones principales
se han de hacer representar.
ahí se irá a tributar
un homenaje selecto
al próser honrado i recto
i majistrado ejemplar.

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