ADIOS DE UN BALMACEDISTA

Cumpliendo mi cruel destino,
de mi quertida me alejo:
Adios, prenda idolatrada,
mi vida i mi alma te dejo!

Cuando el toque del clarin
en el aire resonó,
mi corazón palpitó
haciendo tilin, tilin.
El agudo retintin
logró sacarme de tino,
i luego emprendí el camino
que me indicó el coronel,
i así llegué a mi cuartel
cumpliendo mi cruel destino.

Hoi me veo perseguido
por aquellas opiniones,
I por no sufrir prisiones
he estado mui escondido.
Lo mucho que yo he sufrido
lo está diciendo mi espejo,
pues a los treinta soi viejo,
i para colmo de daño,
al irme a pais estraño.
de mi querida me alejo.

Adiós, patria, adios amoresl
adios, casa en que nací,
todo, todo, lo perdí
en un instante, señores.
Adiós, maceta de flores,
ya se acabó la jornada;
adios, mamita adorada,
cuyo maternal cariño
me acompañó desde niño;
¡adios, prenda idolatrada!

En un pais estranjero
lloraré mi desventura,
recordando tu ternura,
hermosa por quien yo muero.
Unica prenda que quiero,
de mi amor suave reflejo,
con cuanta razón me quejo
de mi desgracia ¡ai de mí!
i al separarme de tí
mi vida i mi alma te dejo.

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