Penas
del amor

Si algun instrumento suena
Mui alegre i mui sonoro
En lugar de cantar loro
Mi desventurada pena

Esta pena, este pesar
Que me quita el resistir,
Yó jamás podré vivir
Si contigo no he de estar.
Mas no me quiere dejar
Esta desgraciada pena
El alma se me enojena
Con un dolor tan injusto,
I no podré tener gusto
Si algun instrumento suena

Si alguien me viene a alegrar
De las angustias que siento,
Aumenta mi tormento,
Sin poderme mejorar,
En vano me es el buscar
Remedio con gran decoro,
Tambien inútil imploro
Que calmen mis sufrimientos
Aunque suene un instrumento
Mui alegre o mui sonoro.

Esto que sufro por tí
Tan solo por tu querer,
Bien lo podrás conocer
Si no te olvidas de mí.
Si esto llega á ser así
Será mi único tesoro
A quien la plata i el oro
No le podran comparar
I tan solo por tu amar
En lugar de cantar lloro

Si me prometes ser fiel
I constante, con tu amor
Has de calmar mi dolor,
Y yó tuyo he de ser.
Si me niegas tu querer
A de aumentar mi pena,
No tendré dicha, morena
Si de tí no he de gozar,
Mas bien dejadme llorar,
Mi desventurada pena.

En fin querida hermosura
Si tu me niegas tu amar
Yó por tí lo he pasar
En congojas i amarguras
En mui triste desventura
Por tu amar he de vivir,
Serà mui grato en decir
Que tu amar es lisonjero
Que yó no soi el primero
Que muero por un sentir.

     FELICITO MARTINEZ
     Poeta popular

Ver lira completa

La Lagartija
insolente

Quisiera ser lagartija
Chiquitita i corredora
Para meterme en la rendija
De todas las conductoras.

Yó he visto las conductoras
Que siempre se hacen un nudo
Hablando de los zancudos
Que andan triendo a todas horas
Los atienden sin demora
I en ru carácter se fijan,
Le piden una sortija,
Recuerdo imperecedero.
Yó por no ser majadero
Quisiera ser lagartija.

A la Pancha i la Teresa
Las pillé en un café chino
Con diez botellas de vino
I otras tantas de cerveza.
I en otra esquina de la mesa
Borracha estaba la Flora
Hablando de la Amadora
I con una gran porfia
Diciendo que es la Sofía
Chiquitita i corredora.

La que quiera ser empleada
De los carritos urbanós
Fijese de antemano
De no llegar atrasada,
Ya la multa está acordada
Por el jefe que se fija,
El dice no desprestijia
Su nombre por ser empleado
Yó quisiera ser delgado
Para meterme en la rendija.

Hai conductoras tan diablas
En el modo de mirar,
Que saben empalicar
Al primero que las habla
Dicen: vá cayó a la jaula
I lo agarran sin demora,
I mas si acaso es cantora
Le dicen bien los versitos
I así son los zancuditos
De todlas las conductoras.

Por último me dán ganas
De presentar una idea
Que hai conductoras tan feas
De no agarrarlas ni con lana
La Rosa Maria i Juana
Que estan fuera de la fila
Yo no sé de que familia
Dependen estas negritas
Son las mejores caritas
La Trinidad i la Ercilia

     FELICITO MARTINEZ
     Poeta popular

Ver lira completa

El Jardinero
de amor

Mi almita: mi alma te adora
Yo también por ti me muero,
Es posible gran señor?
No me engañas? No mi cielo.

En una hermosa pradera
Un lindo jardin habia,
I al que tambien asistía
Una linda jardinera.
Quince años tenia, i era
Mas preciosa que la aurora,
Un pastor a cierta hora,
La fué a ver, i una ocasión
Le dijo con gran pasión
Mi almita, mi alma te adora

Cuando la verdad divina
Escuchó de aquel pastor,
Las frases de ardiente amor
El rostro se le encarmina,
Su linda cabeza inelina
I se queda inmóvil, pero
Pronto su rostro hechicero
Levanta, i dice por fin
Su boquita de carmin:
Yo tambien por ti me muero.

El pastorcito dió un grito
De alegría, i dijo: mueres
Por mí, pero si me quieres,
Pruébamelo.- ¿Con qué hijito?
Con darme ese cartuchito,
I le indica cierta flor.
La niña sintió un temblor
I esclamó con frenesí:
¡Que me pidas eso a mí!
Es posible gran señor?

I desmayada cayó
Sobre el pastito florido,
El pastor lanzó un jemido.
I tambien se desmayó.
Despues dijo: muero yó
Si no me das lo que anhelo
I ella, sin tener consuelo
Lloró, i por fin, dijo: mucho
Sufres, te daré el cartucho.
No me engañas? No mi cielo.

     FELICITO MARTINEZ
     Poeta popular

Ver lira completa

Verso
a las mugrientas
Conductoras
de Chillan.

En Chillan las conductoras
Son chinas mui indecente
En lo atrevida i cochinas
No encontrarán competente.

Si sube algun pasajero
Aunque sea varonil
Le dicen de una hasta mil
Con jenio mui altanero
Sea pobre ó caballero
Lo insultan comos unas loras
Porque para peladoras
Ni las de la orilla del rio
Tienen este poderío
En Chillan las conductoras.

Les pongo a la veinticuatro
Que es Clara Rosa Muñoz
Como esta china no hai dos,
Según lo que yo relato,
Esta mujer en su trato
Es una bestia indecente,
Para insultar a la jente
Me parece que habran pocas,
I por ser lenguas tan locas
Son chinas mui indecentes,

La nueve, Natividad
Ortiz, es su apelativo
A un joven distinguido
Dijole barbaridad
Esta lo pasa embriagá
I metiendo mil bolinas
Porque esta clase de chinas
Son todas recortadoras
I todas las conductoras
Son atrevidas i cochinas.

Si alguna señora honrada
Sube al carro i no pregunta
La conductora la insulta
Hasta dejarla cayada,
I la jente enfadada
Le dice sois insolente,
I ella sale de repente:
Usted es una entremetida.
I estas chinas atrevidas
No encontrarán competente.

Por fin esa clase de jente
Las habian de votar
I así podrían entrar
Otras niñas mas prudentes
Se ahorraría que frecuente
En los carros haya bullicio,
Tales mujeres es perjuicio
Para el pobre i para el rico
Cuando abren el hocico
Ni a su jefe le hacen juicio.

     FELICITO MARTINEZ

Nota—Al hablar de las conductoras de Chillan, no lo hago de la 16, Nieves Palma, porque esta sabe captarse las simpatías del público chillanejo.

Ver lira completa

Desgracia
en
Talcahuano
MUERTOS Y HERIDOS

El dia once del presente
Corrió la voz como el rayo
De que habia hecho estallo
El Gaviota, de repente,
Matando a mucha jente
I otros quedaron heridos.
Hasta hoy no se ha sabido
La causa de la esplosion
I ha causado sensacion
Este suceso ocurrido.

Un pobre infeliz, quemado
Horriblemente quedó,
I a la mar se arrojó
Del dolor desesperado,
I casi medio ahogado
A tierra pudo llegar,
Desde ahí pudo observar
La suerte de sus compañeros,
I este fué el primero
Que los principió a salvar

Unos niños que en jugar
Se encontraban reunidos
Cuando fueren sorprendidos
Con la muerte sin pensar.
No tardaron en llegar
Las madres al embarazo,
Hasta sin piernas i sin brazos
A sus hijos encontraron,
Así es que muchos quedaron
Heridos i hechos pedazos.

Era un cuadro espantoso
El ver tantos muertos i heridos
I un inmenso jentio
Presenciando lo horroroso,
De contarlo es espantoso,
Tiembla la pluma en la mano
Un hecho tan inhumano
Que horroriza a la ciudad
Esto ocurrió en verdad
En el puerto de Talcahuano.

     FELICITO MARTINEZ

Ver lira completa