El asesinato del ingles

  Es una verdad sin traba
Que no se puede negar,
El adajio popular:
«Quien mal anda, mal acaba»

  Hace como una semana
Que se encontró un policial,
Metido en un albañal
En una calle cercana,
Un dia por la mañana,
Un cadáver que flotaba.
En su cuerpo se encontraba
Como doce puñaladas.
Que todas fueron contadas,
Es una verdad sin traba.

  Cuando fué reconocido,
Al fin se llegó a saber
Que el cadáver llegó a ser
De un estranjero perdido.
Pero hoi, ya se ha sabido
Que lo pudieron matar,
Porque se puso a tomar
Con unos cuantos malvados,
De pechos tan desalmados
Que no se puede negar.

  De las averiguaciones
La conclusion se presenta,
Que dos pájaros de cuenta
Presentan complicaciones.
Ya dos pacos guapetones
Lograron uno encontrar,
El cual hace sospechar
Que se encuentra complicado.
Parece que se ha llenado
El adajio popular.

  Unos zapatos le hallaron
A este insigne bellaco,
Que lo acusan ser un Caco
De los que el crímen fraguaron.
Al cuartel se lo llevaron,
Pero él su crímen negaba,
Mas la prueba lo acusaba
De ser el facineroso.
Es un dicho portentoso:
«Quien mal anda, mal acaba.»

  Despues que lo emborracharon,
Lo sacaron a la calle
Y sin que el viejo batalle
A puñal lo asesinaron;
Doce heridas le causaron
Y todas ellas mortales.
Vuelven los tiempos brutales
A asustar la capital,
Y aplicar es esencial
Las duras leyes penales.

       PANCHO ROMERO.

Se venden: Cequion num. 11

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