La niña
QUE SE MATÓ EN VALPARAISO
DE SENTIMIENTO

  La desgraciada Maria,
Jóven, bella i elegante
Su suicidó de improviso
Para seguir a su amante.

  Veinte dias el querido
Se habia dado la muerte,
Ella lo siguió en su suerte
A la mansion del olvido.
Tranquila i en su sentido
Propuso dar su agonía,
Risueña i con alegría,
Al acordarse del caso
Se dió en la sien el balazo
La desgraciada Maria.

  A las siete a. meridiano
Se victimó la infeliz,
Sin demostrar un desliz
Sola i por su propia mano.
Fué el amor tan soberano
Tan puro i sin semejante,
Fiel, amorosa i constante,
Cariñosa, amante i fina.
Era según se propina
Jóven, bella i elegante.

  Del puerto vino a Santiago,
I aquí no quiso vivir
I se propuso partir
Recta a hacer un estrago.
En el espreso hizo el pago
I se fué a Valparaiso,
Como justo i mui preciso
Para cumplir con su intento.
De pena i de sentimiento
Se suicidó de improviso.

El domingo la amadora
De galas se revistió
I en un sofá esperó
La parca devoradora.
Mirando estaba la hora
Con el reloj por delante,
Mui tranquila en su semblante
Sin dar la menor querella
Se quitó la vida ella
Para seguir a su amante.

  Al fin, el caso es notorio
Les diré por si así apunto,
Ya los dos estarán juntos
Allá en el purgatorio.
El cuento es algo ilusorio,
Doi a saber mis lectores
Con salvedades mayores,
Digo con moralidad
Hoi ya están en la eternidad
Gozando de sus amores.

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