D. Benjamin Vicuña Mackenna

           La patria, cual Magdalena,
           Pierde un hijo, i por él llora
           Fué como nadie lo ignora,
           El ciudadano Mackenna.

    Una larga enfermedad
Puso a su existencia fin,
Pasando don Benjamin
Del mundo a la eternidad;
Todos en esta ciudad
Sienten con profunda pena,
Un hombre de alma tan buena
I con el pobre tan fiel.
Justo es que llore por él
La patría, cual Magdalena.

    En masa la capital
I hombres de elevados puestos,
Fueron a esperar sus restos
Aquí en la estacion central;
Qué dolor tan sin igual
Para su amada señora,
La parca devoradora
Cortó el hilo de su vida,
I nuestra patria querida
Pierde un hijo, i por él llora.

    Si el poderoso opulento
Lo ha llorado i lo ha sentido,
¿Qué será aquel desvalido
A quien le daba sustento?
Ya se acabó aquel talento
I su pluma encantadora,
Todo el clero desde ahora
Ruegue por él al Señor:
El mas insigne escritor
Fué como nadie lo ignora.

    En la Merced se le hicieron
Las honras i funerales,
Senadores, jenerales
A la misa concurrieron;
Lindos discursos se oyeron
Sobre aquella triste escena,
Toda la nación chilena
Vestirá de negro luto,
En homenaje o tributo
Del ciudadano Mackenna.

    Al fin quedó sepultado
Su cadáver en la ermita,
Que consagrada i bendita
Fué por un noble prelado;
Al rededor del finado
Iba un hijito moderno,
 Aquel muchachito tierno
Con su corazon herido.
Llevaba al padre querido
A dormir el sueño eterno.
       Bernardino Guajardo.

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