LITERATURA

Hojas del árbol caídas,
Juguetes del viento son:
Deben de ser desprendidas
Del alma i del corazón.

Cuando al prado coloriza
La brillante primavera
Reverdece de manera
Que de flores lo matiza
El pastorcillo reviza
Sus productos i medidas;
Las aves sus melodías
Dan a Dios por esenciales,
Al ver por esos raudales
Hojas del árbol caidas.

Ya cuando avanza el verano.
Al prado quita su brillo,
I al huir del gusanillo
La tierra barbecha el grano.
A vuelta de año, temprano,
La lluvia trae este don;
Recibe este galardón
El árbol cubierto de hojas,
I cuando de éi se despojan
Juguetes del viento son.

El invierno tempestuoso
Hace producir la tierra;
Pues todo cuanto ella encierra
Nos da un resultado hermoso.
Porque si un velo dudoso
Nos ocultó su alegría,
La lluvia con su armonía
Embalsaman el clavel,
I las hojas del laurel
Deben de ser desprendidas.

El otoño es conocido
Ya cuando el invierno viene,
Porque la planta no tiene
El ser que ántes ha tenido.
Los campos, descarecidos
En cambio de su estación,
Por ninguna población
Se reverdece el otoño,
Porque ha perdido el retoño
Del alma i del corazón

Al fin, las cuatro estaciones
Que es primavera e invierno,
Nos las legó el Padre Eterno
Para nuestras producciones.
De estos poderosos dones
El mundo entero ha logrado,
I el otoño delicado
Forma la preciosa esfera,
I deja la primavera
A los campos perfumado.

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