LA MUERTE DE JESÚS

  Cuando Jesús espiró
En un madero sangriento,
El sol en el firmamento
En su carrera cesó.

  Cuando Jesús Nazareno
Murió mártir en la cruz.
El sol dejó con su luz
De alumbrar el día pleno:
Se agitó el mar en su seno,
La tierra se estremeció:
Y la Judea quedó
Al sufrir tal cataclismo
Sumergida en el abismo
Cuando Jesús espiró.

  Los rios se detuvieron:
Rugieron los huracanes
Eructaron los volcanes,
Y los abismos se abrieron:
Los montes se confundieron
Abatidos por el viento
En el solemne momento
Que el Dios hijo de María
Por ridimirnos moría
En un madero sangriento.

  El brillo y sus resplandores
Todos los astros perdieron;
Las aves enmudecieron:
Se marchitaron las flores:
Perdió el iris sus colores.
La tierra su movimiento:
La luna en desquiciamiento
También dejó de brillar
Comó dejó de alumbrar
El sol en su firmamento.

  Pero la que pasó mas
Penas en aquel pueblo ingrato
Fué la chusma de Pilato
Y la pandilla de Anás.
De Heródes y de Caifás.
Pero tarde su mal vió:
De que á un Dios crucificó
Tan solo á saberlo vino
Cuando aquel mártir divino
En su carrera cesó.

  Y si algun ser sufrió
Mayores remordimientos
Fué aquel que en treinta talentos
A su maestro vendió:
Tanto su error le abatió,
Y fueron tan soberanos
Sus tormentos inhumanos
Por una traición tan ruin,
Que ahorcado murió por fin
Judas por sus propias manos.

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