SOBRE EL MACIMIENTOS
DEL NIÑO DIOS

       — Primera noche —

  Señores i señoritas
yo he venido mui gustosa
a hablartes sobre la historia
de José i su amada esposa.

  Hoi mismo de Nazaret
los dos espesos salieron
en direccion a Belen
según dicen que partieron.

  La mañana estaba récia
a la hora de la partida
Maria va en su pollino
poco ménos que entumida.

  Recurso ninguno llevan
para su viaje los dos
i sois esperan auxilio
de la gran bondad de Dios.

  Señores i señoritas
mañana otra vez vendré
para continuar la historia
de Maria i ño José

       — Segunda noche —

  De nuevo he vuelto, señores
con mucho gusto tambien
para hablar de los viajeros
que hoi llegaron a Belen,

  José ha recorrido el pueblo
en busca de alojamiento,
pero en ninguna posada.
pudo encontrar aposento.

  Todo el mundo le negaba
el albergue que pedia
José mucho se entristece
al ver enferma a Maria.

  Perdida toda esperanza
de encontrar alguna choza
hácia el campo se retira
José con su amada esposa,

  Señores i señoritas
cogollito de romero
mañana continuaré
la historia de este viajero.

       — Tercera noche —

  Anoche dije que al campo
triste José se marchaba
ahora puedo decirles
que al pico de un cerro llegaba

  Allí José tristemente
sobre una roca se sienta
mirando a su pobre esposa
que mui triste se lamenta.

  José, lanzando un suspiro,
pide auxilio a Dios del Cielo;
Dios, oyendo su plegaria,
pronto le envia un consuelo.

  Una estrella luminosa
José empezó a ver brillar
esta con su luz mostraba
la entrada a un gran portal.

  Por fin, señores, José
casi loco de contento.
sin decir nada a su esposa
entró al establecimiento.

       — Cuarta noche —

  José recorrió el portal
con muchísima alegría
i en él con gusto encontró
donde alojar a Maria.

  En donde estaba su esposa
José se va apresurado;
vamos, le dice, a Maria
que aposento hemos hallado.

  Maria, mui resignada,
a su esposo obedeció
i con él al gran portal
con gran contento entró.

  Un buei i un asno se hallaba
en la cueva solamente
lugar que sirvió de cuna
al hijo de Dios viviente.

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