Sobre la niña endemoniada
i envuelta por un culebron.

  En verdad causa impresion
De ver lo que pasa hoi dia,
Una niña es maldecida
I por esa maldicion
Hoi la envuelve un culebron
A la pobre criatura
Desde la misma cintura,
I, según lo que recuerdo,
Lo llega hasta el hombro izquierdo
Ya ven que no es travesura.

  El castigo le ha venido,
Según ña Cata decia,
Porque la niña tenia
Al padrastro por marido;
La madre habiendo sabido
La maldijo con razon
Pidiendo que un culebron
La envolviese por entero
I de un cinturon de cuero
Se cumplió la maldicion.

  Despues la madre asustada
Con el castigo alcanzado
Donde don Miguel Leon Prado
Se trajo a la desgraciada;
En una pieza encerrada,
Según agrega la jente,
Está la desobediente,
Lamentando [  ] su suerte,
I esperando ya [  ] muerte
En poder de la serpiente.

  A R[o]ma, la desgraciada,
Por mano del señor Prado,
Me contó un tal Venceslao,
Que sea pronto llevada;
Pero mejor informada
Ña Rosa en esta ocasion
Me dijo con precision
Que talvez no se llevara
Miéntras no se le sacara
En bendita procesion.

  Como esta nueva corrió
Por todo Santiago entero,
El pueblo, alarmado, infiero,
A la Parroquia acudió;
La multitud se agolpó
Desde el Domingo temprano
Por los caminos del Llano
Esperando todo el dia
Ver la niña maldecida
I el culebron inhumano,

  Por fin que la procesion
Ese dia no salió
I en vano el pueblo esperó
La niña i el culebron;
Reinaba tal sensacion
En el público agolpado
Que tuvo el cura nombrado,
Con la mayor sangre fría,
Correr con la policía
Al público estacionado.

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