Elodias

  Yo te voi a contestar,
Te convencerás aquí.
Por cierto a Jesemaní
Lo dirijió el Celestial.

  Una respuesta segura
Os dará mi pensamiento,
Por el Concilio de Trento
I la sagrada escritura.
Esa preciosa lectura
Que no deja que dudar,
Que el primer hombre al estar
Por la Omnipotencia,
Era un ser con inocencia
Yo te voi a contestar.

  Luego te voi a decir
La falta que cometió.
Un árbol les prohibió
El Señor, es advertir.
Puesto se leer i cocribir
I al clero tambien oí.
Que Satanas vino allí
Donde los dos inocentes
I perturbó a los vivientes;
Te convencerás aquí.

  Con una espada de fuego
El ánjel se apareció,
I a los dos los reprendió
I a la higuera fué su ruego.
Con las hojas el apego,
Cubrieron su cuerpo así.
Esto puedes creerme a mí;
Te aseguro sin desden.
Se fueron del noble Eden
Por cierto a Jesemaní.

  Lo que Adan le contestó
Todo lleno de vergüenza,
Diciendo: Señor, mi ofensa
La serpiente me engañó.
Esto lo he leido yo
Que el espíritu infernal,
Fué la causa de aquel mal
I de la muerte heredero,
Aun vuelto decirlo quiero
Lo dirijió el Celestial.

  Al fin, Mauricio mi esposo,
Sus preguntas contesté,
De nuestros padres porque
Faltaron al Poderoso.
Mi poco injenio empeñoso
Sin salir a otros lugares,
Por desechar los pesares
Son las estrofas que yo hago,
Si las llevan a Santiago
Censuran los populares.

       DESIDERIO PARRA.—(Poeta pequen)

Nota: este verso es la respuesta a Contrapunto de Elodías Alvarado con su marido Mauricio Inostroza, de La Ligua

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