SANGRIENTA TRAGEDIA
Un niño comido por un lagarto delante del padre

  Caro lector o lectora
que leeis siempre mi verso
¡si supieras el esfuerzo
que tengo que hacer ahora!
trajedia desgarradora
es la que voi a contar
trajedia que hará llorar
hasta a un corazon de nieve
i para poder ser breve
la Virjen me ha de ayudar.

  Figurad, lector querido
que un padre desesperado
presencia que a su hijo amado
un lagarto lo ha comido;
que ve que el monstru[o] fornido
huye con él en los dientes,
que se sumerje en las fuentes
llevando parte de su alma.
i que perdiendo la calma
se lanza él a las corrientes.

  ¿Qué mas amarga tortura
qué tormento superior,
qué cuadro de mas horror
i qué adversidad mas dura?
qué mas triste desventura
ni mas horrible delirio?
ver tronchado como un lirio
por el monstruo carnicero
aquel niño placentero
que fué del padre delirio!

  Santa Corte celestial
dale fuerza al corazon
para hacer la narracion
de este lance tan fatal;
un testigo presencial
de aqueste episodio ingrato
que es corresponsal a trato
del gran «Mercurio porteño»
le hizo al diario el diseño
i este diario da el relato.

  En el Dauro caudaloso
que es en rio mui [nom]brado
es, lector, donde ha pasado
este suceso horroroso;
un niño mui laborioso
metido en la orilla de él
llenaba de agua un tonel
i un lagarto lo observaba
mui luego despues saltaba
sobre el niño el monstruo cruel.

  Grita el niño, el padre mira
i sorprendido en estremo
dentra a un bote, toma un remo
se mete en el rio i jira;
parece en verdad mentira
que persiguiese a la fiera
sin arma i de esa manera
dentro de aquel revoltijo
¡pero si hai por medio un hijo
para el padre no hai barrera!

  Le sigue el padre la pista
porque el monstruo va saltando
sangriento rastro dejando
sin que le pierda de vista;
llega por fin ¡Dios me asista,
este es el trance mas fuerte!
el padre va a ver la suerte
que le depara el destino;
va a observar en el camino
la mas espantosa muerte.

  Encontrando el rio franco
llegó la fiera a Zafando,
i ahí estaban descansando
diez mas dentro de un barranco;
al verlo saltan del banco
a disputarle la presa,
cada cual se le atraviesa
i uno le arranca un brazo,
otro del muslo un pedazo
i otro toma la cabeza!

  El padre perdió el sentido
como es facil comprender
i cuando vino a volver
habia el remo perdido.
el Señor compadecido
de su paternal amor,
intercedió en su favor
pues que no fué devorado,
pero se halla consternado
pues su pena es la mayor.

  Esta narración prolija
en Chile no hizo su parto
pues en Chile no hai lagarto,
aqui solo hai lagartija;
lo se de manera fija
que ha ocurrido en Guayaquil
donde han habido otras mil;
de una el relato haré
i en la cual el monstruo fué
muerto por mano viril.

  En la agua tranquila i pura
un mancebo se bañaba
i un lagarto que asechaba
lo tomó por la cintura;
el padre con gran premura
i con un cuchiilo armado
al momento se echó a nado
[  ] acercó al animal,
pues tenia el plan trazado.

  Al verlo el lagarto fiero
de[j]ó al otro i lo siguió
el viejo se zambulló
dejando en la agua el sombrero;
i en seguida con esmero
mientras al sombrero maltrata
él le sepultó en la guata
el puñal con furia viva,
quedó el monstruo boca arriba
i así al hijo le arrebata.

  Este quedó mal herido
al salir naturalmente
mas curado sabiamente
fue a la vida restituido;
¡no fué tan correspondido
en su tarea afanosa
el desgraciado Espinosa
viendo a su hijo despresado!
[lec]tor, lo que ho relatado
le dice El Mercurio en prosa.

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