EL EDECAN DEL PRESIDENTE
HERIDO EN LA ALAMEDA

  A Canpos, el Edecan
mui serio golpes le han dado
que en la cama está postrado
con fiebre como un volcan

  Como yo, como es sabido,
en politica no entro
voi a narrar este encuentro
con su justo colorido;
como ya lo han referido
los Diario con mucho afan,
mis lectores bien sabran
que unos culpan a la jente
i otros mui diferente
a Canpos, el Edecan.

  «La Libertad electoral»
dise que tras del Gobierno,
solo, en coche i mui tierno
venia el dicho Oficial
i al oir que hablaban mal
bajó del coche enojado
i que un señor diputado
lo echó al suelo de un puñete
i que ahí entre otros siete
mui serios golpes le han dado.

  «La Nacion» dise distinto
que el señor Canpo cayó
porque al llegar tropesó
i ahí con cobarde instinto
un grupo lo dejó tinto
con el cràneo machacado,
hasta que fué levantado
llena de sangre la frente,
quedando tan gravemente
que en cama se halla postrado.

  Han circulado rumores
mui grave sobre el enfermo
i como yo no me duermo
los doi aquí a mis lectores:
los cuatro o cinco doctores
que ahora a curarlo van,
decian todos de plan
que se iba a morir ayer
pues se le podia ver
con fiebre como un volcan.

  Un grupo de Cazadores
corriendo i con sable en mano
cruzó la Alameda en vano
persiguendo a los autores,
estos fueron previsores
a su casa se entraron
i de ese modo lograron
escaparse de una buena
pues los sordados con pena
a su Cuartel regresaron.

Nota: verso publicado por Rólak, ver.

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