LOS ASESINOS
EN LA PRISION

  Tristes i acongojados
i cada cual en su celda
si es que el crímen les remuerda
estaran los dos malvados;
Al verse desamparados
A solas con su delito,
el remordimiento a grito
a cada cual de contino
le ha de gritar: ¡ asesino
del mundo i de Dios maldito!

  Belmar se encuentra mas triste
siendo el autor de la muerte
el otro se halla mas fuerte
i su situacion resiste
en su caracter reviste
alguna tranquilidad
i con su serenidad
trata de hacer comprender
que no creen que han de acer
el viaje a la eternidad.

  Hasta con indiferiencia
esclamar se les oyó;
que sabian de que nó
se cumplia la sentensia
i si no habia indulgencia
ni se escuchaba su ruego
nunca seria tan luego
dictada la ejecucion
i es asi que la sancion
no nos dá desasosiego.

  En la celda ciento veinte
i en la celda diesinueve
pasa su existencia leve
uno i otro delincuente;
les ha de quemar la mente
el temor de la condena
i mirando la cadena
que le sugeta los pies
temerà la voz del jues
dictando la ùltima pena.

  Es cosa bien singular
el aspecto de estos hombres
son criminales sin nombres
que los puedan igualar
hemos visto fusilar
en todo grado del vicio
aunque real o ficticio
siempre hubo abatimiente
pero esto ni por momento
si por temor al suplisio,

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