Hai una luz diamantina
en el cuarto firmamento
que alumbra toda la tierra
con delicioso portento.
En el cristalino cielo
a donde están los planetas
rodeados por siluetas
que resplandecen sin velo
armonizan con anhelo
la lumbrera purpurina
i su órbita se inclina
al norte meridional
en el punto equinoxial
hai una luz diamantina.
Cuando está el cielo estrellado
por estrellas alumbrantes
el lucero de guiante
va soportando al nublado
sus lineas a desmarcado
haciendo su movimiento
se mueve en el ornamento
por jirar al rededor
i va a tomar el calor
en el cuarto firmamento.
La luna sigue graduando
al lado del Ecuador
hermoseando el color
donde ella va caminando
sobre su eje va jirando
i con su élice se encierra
continuamento dan guerra
para darnos claridad
i se observa con verdad
que alumbra toda la tierra.
El sol el astro mayor
del sistema planetario
se presenta moviblario
con todo su resplandor
blanquisimo i con calor
hace su marcha violento
elevándose al momento
a las rejiones eternas
i sus máquinas gobierna
con delicioso portento.
Al fin todas las estrellas
toman sus constelaciones
elevadas por millones
se ven espléndidas i bellas
corren i sin dejar huella
con color blanco plateado
sus puntos están fijado
donde de noche se ven
i marchan estas tambien
con movimiento esforzado.
Adolfo Reyes
