El Contrarresto.

  Triste el cisne canta i llora
Con un dolor tan profundo
Ver que lo aparta del mundo
La parca devoradora
Ve con él andar la hora
Desde su primera infancia
Quiere disipar con ansia
Su desdicha i mala suerte
La claridad de su muerte
Alumbra con elegancia.

  Dándonos un adios postrero
Llega el sol al ocaso
I las musas del parnaso
Tocan su lindo pandero
Con un canto plañidero
Entonan himnos de amores
I el campo de mil colores
En primavera se viste
I consolando al triste
Se ven los blancos albores.

  Reposa el blanco Lucero
En su carro de cristal
Con su diadema imperial
Saluda al orbe primero
Se sonrie lisonjero
Entre el brillo brillador
I con un gozo mayor
Velozmente se levanta
Dando verdor a planta
Despues que pasa el calor.

  En los brazos de la Aurora
Gorjea un niño inocente
Lozano, alegre i sonriente
Como el signo que atesora
Es antorcha alumbradora
Que de hito en hito camina
Tan luego que el sol declina
Se mece sobre su maca
I así sombria i opaca
Se ve la hermosa colina.

  Al verlo tan adornado
Lo saludan mui risueños
Con sus cantos halagüeños
Recorren el despoblado
Alabando al sol dorado
Lo pasan muchos abriles
Entre verdes toronjiles
Pasan el tiempo triunfante
Dejando oir alarmante,
Al fin canciones por miles.

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