LA NIÑA
QUE HIZO PACTO CON EL DIABLO
PARA QUE LE DIESE MARIDO

  Hizo pacto con el diablo
Una muchacha elegante;
Prometió darle su alma
En remplazo de un amante.

  La Vénus se apacionò
La ocasión que viò a Cuvido:
Preso de amor, mal herido,
Su corazón le quedó;
I cuando no consigió,
Clamò al apóstol San Pablo,
Sola, estando en un establo.
En sus justos devaneos
Para cumplir sus deseos,
Hizo pa[cto con] el Diablo.

  Desp[   ]er tan virtuosa,
Tan santa i de buen vivir,
Os dirè, por no mentir,
Que deseaba ser esposa,
Sumisa, triste i penosa,
Lo pasaba delirante,
Sin perder un solo instante,
En un pesar sumerjida.
Clamaba por ser querida
Una muchacha elegante.

  Lloraba la desgraciada
Dia i noche sin cesar.
Al ponerse a contemplar
Que no era de nadie amada.
Siempre, siempre acongojada,
Sin tener sosiego i calma,
A la sombra de una palma,
Cara a cara le refiere
Porque le dé lo que quiere
Prometió darle su alma.

  Perucho la consolaba
Con sonrisa i alegría,
Diciendo que le daria
Pronto lo que deseaba
Tanto, tanto le clamaba
Ella a Satan, suplicante,
Abatida i anhelante,
Sola i en el mismo acto,
Firmó con Luzbel el pacto,
En reemplazo de un amante.

  [A]l fin, la jóven logró
Lo que deseaba tener,
I ya cuando fué mujer,
A padecer empezò,
El marido le salió
Tunnante, perverso i malo;
Pero ella le pegó un palo
Medio a medio del sentido,
I se lo entregó atudido
A Lucifer, de regalo.

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