Recuerdo
DEL TRISTE FIN DEL SUB-INS-
PECTOR LETELIER DONDE FUE
ASESINADO POR EQUIVOCACION
POR UN HONRADO MORADOR.

  El sub-inspector Letelier
Era un guardian valiente,
Fué muerto cobardemente
En el puesto del deber.
Recibió él sin querer
La bala devoradora,
Hoi su esposa jime i llora
En el rincon de su casa,
Sin contar lo que le pasa
La misericordia implora.

  A buscar unos bandidos
Salió él en comision,
Esa noche a la oracion
Iba en sus cinco sentidos.
Vijiando a los forajidos
Marchaba de hito en hito,
Acercándose al pasito
Por todas partes miraba,
Llegó para ver si estaba
Aquel humilde cuartito.

  De adentro la puntería
El honrado preparó,
I la bala le lanzó
Con la mayor sangre fria.
Jesús, si es la policía
Dijo despues placentero.
Viendo el hecho horrible i fiero
Se pensó yo soi un cruel,
Solo se vino al cuartel
A entregarse prisionero.

  A la esposa del finado
Una casa van a darle,
Bueno para consolarle
De la pena que ha pasado.
Todo esto es bien acordado
Digo franco en mis versitos,
Cumplan que estos son bonitos
Hechos que dejo apuntados,
Ver que la esposa ha quedado
Pobre i con varios niñitos.

  Al fin, al que le dió muerte
Pido una i mil veces
No lo castiguen los jueces
Ni le maldigan su suerte.
No hai que atracarlo mui fuerte
Encargo a la autoridad
Ténganle al pobre piedad
Que es una alma arrepentida
I es bueno que el pueblo pida
Que lo den en libertad.

DANIEL MENESES
Poeta Nacional Chileno.—Calle Morandé, Núm. 955

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