A LO DIVINO

    Dios predicó la humildad,
La caridad i el perdon
Para podernos salvar
De terrible perdicion.

    Como estaba tan perdido
El mundo en tiempos pasados.
Envió Dios su hijo adorado
Entre todos escojidos.
Aunque fuimos redimidos
Por este anjel de bondad.
La perfidia i la ruindad
Siguió en el rico i el pobre;
Por la soberbia del hombre
Dios predico la bondad.

    Grande fué la santidad
Del Divino Redentor,
Al tenernos tanto amor
Sabiendo nuestra maldad.
Viendo la [p]erversidad
Que había en toda re[g]ion,
Predicó con efusion
El desprecio a la riqueza,
La h[o]nestidad, la pobreza,
La caridad i el perdon.

    Se inmoló el Rei sacrosanto
I purgó los mil pecados
De este mundo tan malvado
Que lo hace padecer tanto;
En premio de su amor santo
Debemos sacrificar
Nuestro cuerpo i practicar
Las virtudes verdaderas
I arrepentirnos de veras
Para podernos salvar.

    Si el hombre rebelde sale
A buenas inclinaciones,
Por sus malas intenciones
Solo podrá esperar males;
Si de la astucia se vale
En cualquier negociacion,
Pierde la predileccion
Del Señor, por ser tan duro,
I  va en camino seguro
De terrible perdicion.

    En fin, para terminar
Voi a dar aquí un consejo:
Que el mortal, joven o viejo,
Solo en Dios debe pensar.
Ponerse a considerar
Puede todo buen cristiano
Que es un delito inhumano
Causar daño a un semejante;
Debe ser su afan constante
Andar con su pecho sano.

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