LAS DESGRACIAS
EN EL FERROCARRIL.

       Duerme con tranquilidad
       En el tren un pasajero.
       A veces aquel viajero
       Despierta en la cternidad.

    Al embarcarse se olvida
Que a morir va mui espuesto,
I un récio golpe funesto
Puede quitarle la vida;
Si da el tren una caida
Yendo con velocidad,
Librar es casualidad
De los brazos de la muerte
I el que nada de esto advierte
Duerme con tranquilidad.

    Desde que el ferrocarril
Recorre las poblaciones,
Segun algunas versiones
Ha muerto mas de dos mil;
Una señora en Tiltil
Murió con un caballero,
En este choque postrero
Santo Dios ¡quién lo creyera!
Esa misma suerte espera
En el tren un pasajero.

    Repetidas veces pasa
Que uno en tren va a comerciar,
I que de él, suelen llevar
El cadáver a su casa
La máquina despedaza
Al nacional i estranjero,
I el que va mas placentero
O en un letargo profundo,
Pasa de este al otro mundo
A veces aquel viajero.

    Muchos hai que se persinan
I rezan con devocion,
Un acto de contricion
Porque el peligro imajinan:
Otros durmiendo caminan
I es una temeridad
Pues si por frajilidad
Hai algún desrielamiento,
El dormido en el momento
Despierta en la eternidad.

    Al fin es mui conveniente
El tren para pobre i rico,
Pero muere grande i chico
De un imprevisto accidente;
Si el gobierno espresamente
Toda la línea cerrara,
Graves males evitara
En invierno i en verano,
Tendria mucho mas gano
I tanto no peligrara.

       BERNARDINO GUAJARDO.

Impreso por P. Ramirez—Echáurren, 4.

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