CARTA DE AMOR DE UN PEQUENERO

Valparaiso, Marzo veinte
Del año en que estamos que es
El año noventa y seis.
Si mi memoria no miente
Señorita Rosa Hirviente
En Puchoco,calle Concha
Casa de Críspulo Roncha
Al lado de la Bodega
Donde vino y chicha llega
Desde Iquique hasta Aconcagua
Que no llevan mezcla de agua
Como aquellos de Moquegua.

Mi querida señorita:
Desde aquel hermoso instante
Que la ví, quedé constante
Y prendado de su vista
Porque es inútil que resista
Un pequenero en amarla
Y al placer que, dá el hablar
De su angelica hermosura
Que no gusta levadura
Y no tienen que amasarla.

Usted es mejor que las criollas
Que mis buenas empanadas
Que siempre fueron premfadas
Por el huevo y las sebollas
Usted a todas las arrolla
Y es inutil que pretenda
Que un pequen de cualquier tienda
Mejor sea que mi Rosa
Que es de masa hojaracosa
De las que hoy ya no hay en venta.

Y si a fuerza de quererla
Ya su efecto conquistara
Al momento le jurara
Ante un cristo poseerla
Y se entiende que con verla
Los pasteles se endulzaban
Los pequenes se salaban
Y si a mas mi amor le llevo
Aceitunas, pasa y huevo
Sus hojitos me los daban.

Con que diga, pues Rosita
Si mi afecto corresponde
Y mi carta la responde
A San Juan de la Viñita
Que ahí tengo mi casita
Suya pues desde el momento
Y es pa mi mucho contento
Ofrecerla a Ud, y espero
Que ame pues al pequenero
Julio, Pancho Juan Jumento.

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