Jesus sentenciado
A MUERTE

    La planta de mas valor
Que hai entre todas las plantas,
Es la sangre pura i santa
Del Divino Redentor.

    Por voz de un juez temporal
Fué sentenciado Jesus
A morir en una Cruz
Como reo criminal.
En ese dia fatal
Nuestro Divino Hacedor
Con un acerbo dolor
Ahí dejó de existir,
Porque quiso redimir
La planta de mas valor.

    No le halló culpa Pilato
Al Mesías verdadero;
Como inocente cordero
Lo entregó a ese pueblo ingrato.
Al ver tan cruel desacato
Sus angustias eran tantas
I contra mí te levantas
I me hieres con empeño
Con este pesado leño
Que hai entre todas las plantas.

    Cuando ya llegó al suplicio
Le dieron mirra con vino.
Nuestro Salvador Divino
Recibió aquel sacrificio,
Con un horroroso vicio
De aquella crueldad que espanta;
Cordeles a la garganta
Le ponen al precursor;
La que derramó el Señor
Es la sangre pura i santa.

    Se oscureció el firmamento
Hácia las doce del dia;
Al dar la última agonía
Se apaga todo elemento;
La Virjen, de sentimiento
Queda en un triste clamor,
Llorando por el amor
Del Sér Supremo infinito,
En el sepulcro bendito
Del Divino Redentor.

    Al fin, con mucha ternura
Un José de Arimatea
A Jesucristo desea
Darle honrosa sepultura,
I Nicodemus se apura
Por cumplir con sus deberes,
I las piadosas mujeres
Se aniegan en tierno llanto,
Riegan el sepulcro santo
Con lágrimas esos séres.

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