Sigue la aventura
de dos jóvenes i una dama

    Vuelvo a principiar la historia
De los dos fieles amantes,
Porque ya en estos instantes.
Gozarán de dicha i gloria.

    Fué verdad que Juana Rosa
Se quiso mandar cambiar
I al tiempo de irse a embarcar
Halló otra suerte grandiosa

    Con aquel nuevo adorado
Que en la estación encontró,
Mucho se regocijó,
Porque le fué de su agrado.

    El la supo enamorar,
I conquistarse su amor,
Sin trabajo el que menor
Por ella se hizo amar.

    Con gusto correspondió,
Al amante las caricias;
Con amorosas delicias
Un fuerte abrazo le dió.

    Él le dijo con ternura
I le contó sus asuntos:
Ahora que estamos juntos
Gocemos nuestra ventura.

    Ella, con aquel contento,
Rebosando de alegría,
Al pobre José María
Lo borró del pensamiento.

    José María en la cárcel
En una oscura prisión;
Siempre tenia en la mente,
La imájen de su pasión.

    Sumerjido en gran dolor,
Con pena i melancolía
Se lamentaba, i decía:
Caro me cuesta el amor.

    Triste al verse preso allí,
Dijo con tierno desvelo:
¡Dónde estará mi consuelo,
Si se acordará de mi!

    ¡Ai! ¡qué pena i qué tormento!
¡Ai! ¡qué cruel es esta hora!
Siento un fuego que mo abrasa
I el corazón me devora.

    Ya no quisiera vivir,
De mí mismo yo me espanto,
Como podré tener vida
Sin ver a mi adorado encanto.

            (Continuará)

ROSA ARANEDA
CALLE DE ZAÑARTU, NÚMERO 9
ENTRE SAN PABLO I SAMA

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